5 de julio
XIV Domingo
II Cor 12, 7-10 La fuerza se realiza en la debilidad
Recibo tu perdón sacramental y me recuerdan esta frase, que no se me olvida, que vivo cada día, confiado en la fuerza de tu gracia sanadora, redentora. Doy tu gracia sacramental, tu perdón y tu paz, y repito esta frase que hago mía, que tú pones en mi vida como una realidad tatuada en el brazo, fuego de amor. Por eso muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mi la fuerza de Cristo(…) Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.