4 de septiembre
Domingo XXIII
Salmo 89 Por la mañana sácianos de tu misericordia
Y así, bañados en ella, de gozo y gloria llenos, toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danzaremos al son de tu amor florido, de la exigencia de tu misericordia que renueva nuestra carne ajada, nuestra tierra reseca, agostada, sin agua. Ahora, en este amanecer teñido de rosales tardíos me pregunto, señor, ante tu cruz bendita, ¡qué voy a hacer para practicar tu misericordia y llenar nuestra sociedad de tu fragancia alentadora.
Ella, Teresa de Calcuta, vivió, gran parte de su vida, entregada por Cristo a los más pobres de los pobres, haciendo su carga más llevadera y envolviéndolos en una sonrisa. Sin hacer distingos entre castas y creencias.
Madre Teresa de Calcuta: ¡enséñanos a amar a todos los que nos rodean, sin tener en cuenta su fe, su forma de vestir o su nacionalidad!