4 de junio
Inmaculado corazón de María
Lc 2, 41-51 Su madre conservaba todas estas cosas en su corazón
En tu cuerpo, tu corazón. Tu sangre, vertida. En tu cuerpo mi corazón. Uno en ti, como el Padre y tú sois uno. Introducido en la intimidad de tu amor. Por puro don tuyo, salvado. Entrañado. En el seno de María carne tuya. Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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Madre, eres la Maestra perfecta, que nos conduces a tú Hijo.
Gracias por tú FIAT, ayúdanos a continuar el camino hacía Dios.