Consolad

11 de diciembre
II martes de adviento

Is 40, 1-11 Consolad, consolad a mi pueblo

Seamos bálsamo para todos los afligidos, para todos los oprimidos, para todos los marginados, para todos los desfavorecidos, para todos los parados, para todos los separados de su centro, para todos los que teniendo ojos no ven y teniendo oídos no oyen que tú eres el consolador, un Dios misericordioso, rico en piedad, y que nosotros somos tus siervos, instrumentos en tus manos para consolar con el consuelo que tú nos consuelas, Señor.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

3 opiniones en “Consolad”

  1. «Consolad, consolad…»
    Señor, tú nos pides que demos consuelo, que regalemos sonrisas, que repartamos caricias, que acojamos pensamientos, que abracemos personas, que demos nuestro tiempo, que sepamos escuchar, que estemos atentos al dolor, al sufrimiento, a la soledad, a la cruz de los demás.
    Señor, que yo sepa consolar, que yo reparta el consuelo que de ti recibo cada día, porque hay mucho que hacer y que dar.

  2. Sal de ti y no llores más ¿no ves las maravillas que puso ante tus ojos?
    Sal de ti y adéntrate en tu hermano ¿no ves que se está ahogando?
    Sal de ti y sé feliz

  3. ¡Cuanto nos amas Señor! Al contar con nuestra colaboración.
    Tenemos que ser fiel reflejo Tuyo.
    Así daremos sentido a la visa de tantos hermanos desesperados y si rumbo.

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