14 de julio
Martes XV
Ex 2, 1-15ª Conmovida…
Ver la realidad y conmoverse. Ver al pobre y al necesitado y salir al encuentro de él, aunque ellos trastoque nuestra vida, la complique, nos ponga en una situación de vulnerabilidad, de desinstalación. Así le sucede a la hija del faraón cuando descubre un niño en una cesta, entre los juncos: es un niño de los hebreos. Le rescato de las agua, le devuelvo a la vida. Así haces tú, Señor, a través de tus elegidos: te conmueves de nuestra realidad, y actúas.
Me conmueve ver a las perdonas mayores, un día de fiesta, sentadas solas en un banco, en una calle que no pasa nadie. Me conmueve y siempre las tengo presentes, a todas aquellas personas que por diversas circunstancias, sea el pais que sea y sea cual sea su religión, que mueren sin compañía, pero me alegra saber que El siempre está a su lado, que su soledad no lo es si saben buscarle, que está esperándolos con los brazos abiertos, porque su Amor no tiene fin. Sé que así me espera