3 de mayo
Domingo V de Pascua
1 Jn 3, 18-24 De verdad y con obras
Eso nos pides, Señor. Que no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. Desde la realidad de nuestra vida, tan llena de incoherencias, de deficiencias, de debilidades. Pero al mismo tiempo con el deseo ardiente de seguirte, de amar como tú, de dar la vida en el amor, día a día, en lo pequeño y en lo grande. Con verdad y con obras, olvidándose de uno mismo, poniendo la mirada en tu rostro pobre y marginado en los hermanos más necesitados. Hazme verdad en ti desde el seno de María.
Alguien me remitió un correo para su reflexion y la verdad es que me ha provocado la misma ,hoy después de leer el fragmento bíblico siento la necesidad de compartir lo que se dice en el de la solidaridad, encuentro ciertos paralelismos
«Necesitamos repensar el concepto de solidaridad para responder adecuadamente a los problemas actuales. Nos ayudarán dos citas. La primera está tomada de san Juan Pablo II: «La solidaridad no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos».
La segunda es del papa Francisco: «La palabra “solidaridad” está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos».»
Yo soy la vid y vosotros los sarmientos