12 de febrero
Viernes después de ceniza
Mt 9, 14-15 ¿Es que pueden guardar luto los invitados mientras el novio esté con ellos?
He de amoldarme a ti como el río a su cauce, como el mar a su playa, como la espada a su vaina. He de correr en ti, he de cantar en ti, he de guardarme en ti ya para siempre. Fuera de ti ha de sobrarme el mundo como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite. Dentro de ti no ha de faltarme blandura de limo para mi corriente, perfil de viento para mis olas, ceñidura y reposo para mi acero. Dentro de ti está todo; fuera de ti no hay nada. Todo lo que eres tú está en su puesto; todo lo que no seas tú me ha de ser vano. En ti quepo, estoy hecha a tu medida; pero si fuera en mí donde algo falta, me crezco… Si fuera en mí donde algo sobra, lo corto. (Dulce María Loynaz)
He de amoldarme a ti, Señor, novio de mi existencia, amado mío.
Para mí es necesario ver cuál es el ayuno que Dios me pide, y darle pleno sentido.
Deseo ser consecuente con mi vida, ayunar no sólo de cosas, sino de sentimientos, prestar más atención a los necesitados. Todo mi obrar en nombre de Jesús.