17 de marzo
Sábado III
Lc 18. 9-14 Oh Dios ten compasión de este pecador.
Es la oración del publicano, que hago mía, que hacemos nuestra. Ponernos con sencillez y humildad ante ti, sin pretensiones, sin exigencias, en silencio, en lo secreto, y volcar en ti mi corazón anhelante, lleno de amor derramado: misericordia Dios mío por tu bondad. Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi. Y mientras voy respirando voy diciendo, con abandono y confianza, esta oración hasta hacerlas parte de mi ser tuyo.
Nano: esta Palabra me ayuda en este momento a poner mi ser en manos de Otro. Gracias. Me hace muy bien tu meditación que encontré por Providencia. Un abrazo.