Cansados y agobiados

19 de julio
Jueves XV semana
Mt 11, 28-30 Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré

¿Cuándo oigo esta Palabra, Señor, cómo no poner ante ti a todas las personas que conozco y que están agobiadas, cansadas, estresadas? ¿A todas las personas que no pueden con su alma, que viven la vida como una tragedia, que no tienen fuerza para levantarse, para seguir, para iniciar de nuevo? ¿Cómo no acercarte a todo el que sufre, en esta humanidad tan dilatada de sufrimientos? Ayúdame a ser alivio en tu nombre.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

2 opiniones en “Cansados y agobiados”

  1. Esta frase es la que podemos tener todos en nuestro oído. Esta frase que leo en la portada de la Basílica del Cerro de los Ángeles en Madrid, me deja abandonarme en los brazos del Padre, me relaja y hasta creo que es la mejor medicina para poder conciliar el sueño cuando los problemas te aprietan la garganta y el corazón.
    Señor, hoy me abandono en tus brazos y te pido que, además de dejarme oir esta frase, sepa yo decírsela a los que están cerca de mí cuando se sientan agobiados, cansados y sin fuerzas para seguir.

  2. Este pasaje en una crisis profunda existencial fue para mi un balsamo, como si hubiera sido escrito exclusivamente para mi asi lo senti, al leerlo en la cupula de una iglesia mi alma se vio reconfortada no estaba solo, decubri a Dios padre en una frase parece imposible pero fue asi real muy real su espiritu estaba en esa palabra y fue para mi el comienzo de mi resurección de un nuevo nacimiento de una nueva oportunidad me efrentaba a una vida en Cristo una vida basada en la Fe en la esperanza hoy doy gracias a Dios por ese momento que nunca olvidare. Dios padre me estaba esperando un dia concreto auna hora determinada y con una situación personal especialmente fuerte. La Iglesia era la san Francisco de Borja (Madrid) calle Serrano.

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