1 de noviembre
Todos los santos
Mt 5, 1-12 Bienaventurados
Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos, alegraos y regocijaos….repites hoy estas palabras, Señor, y regalas la bienaventuranza de recibir el reino de los cielos y de ser considerados hijos tuyos. Contemplo la multitud de tus bienaventurados en nuestro mundo y te expreso mi deseo de responder a la llamada a la santidad que me haces, a la bienaventuranza.
En la fiesta de todos los Santos, se llenan los oídos y los sentidos de la joya de las Bienaventuranzas. Palabras de Jesús que son un regalo a nuestro corazón.
Dichosos, dichosos, dichosos… Y somos dichosos, Señor, porque nos has escogido, nos has llamado y nos has enseñado.
Hoy mi petición es de ayuda, de ayuda para que mi interior siga repitiendo constantemente tus Palabras dichas desde la montaña, tus Bienaventuranzas.