Bendición

25 de mayo
Viernes VII

Salmo 102 Bendice alma mía al Señor

Y no olvides sus beneficios. Siempre que leo este salmo, que me lo regalas en la liturgia, danzo en ti, y me introduces en el baile de la alabanza, de la bendición, del reconocimiento de tu gracia y de tu ternura en mi vida. Y ahora, en este momento, me hago consciente de tantos beneficios que me regalas en estos días, te bendigo, y caigo rendido.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

Un comentario en “Bendición”

  1. Te escucho en la mañana
    me has traído hasta aquí y mil historias esperan con paciencia un lugar para ser contadas

    Corre el té por el desierto
    la arena cubre los caminos y el corazón llena el horizonte

    ¿Hacia dónde nos llevas? ¿puede una flor oponerse al viento?
    sin raíces
    frágil viajera que arrastra la memoria que nunca olvida

    uno
    dos
    siete, ocho…
    innumerables voces, diálogos, silencios

    Solo eso
    Solo tú en medio de tanto dolor

    Casa grande, blanca, rojiza, testigo de otra época
    vigía de un pueblo obstinado, muerto, asesinado que espera paciente a que el Espíritu arrase con todo para comenzar de nuevo

    Pausa inacabada en un torrente de emociones que ahogan las palabras

    Tal vez la esperanza ahuyente al miedo
    tal vez la alegría se imponga al llanto

    Ven Espíritu divino, y habita de nuevo el corazón enfermo

    St 5, 10-11 ; Sal 102

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