Vasijas de barro

14 de junio
Viernes X

II Cor 4, 7-15 El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro

Para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no procede de nosotros. Me paro y me doy cuenta: el tesoro que me has hecho descubrir, la veta de todos los bienes para comprar el campo del tesoro, el ministerio recibido, la fragilidad con que te acojo, el propio pecado, las maravillas que realizas a través nuestra, tu fuerza que se manifiesta en mi debilidad, todo el bien, la belleza y la bondad que proceden de ti y que llegan a mí. Y te doy gracias.

06.14

Dar la vida

12 de junio
Miércoles X

II Corintios 3, 4-11 El Espíritu da la vida

Pues a eso estamos llamados, a vivir según tu Espíritu, a entrar mansamente en tu resplandor, que no es caduco, sino más estable que el cielo. Participar de tu vida, vivir en Ti, olvidando lo efímero, anclados en lo permanente. Para entrar en la plenitud que nos ofreces, entre los pucheros de cada día. Gracias.

06.12

Sal y luz

11 de junio
San Bernabé

Mt 5, 13-16 Vosotros sois la sal de la tierra

Vosotros sois la luz del mundo. Salad. Alumbrad. Para que el mundo de gloria al Padre del que procede toda luz. Soy ya lo que busco ser, entonces, ¿por qué no soy lo que soy? Y en responder esta pregunta se me va la vida, sin saber que la respuesta está escrita en el viento.

06.11

Tu ánimo

10 de junio
Lunes X

II Cor 1, 1-7 Repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios

Recibir de Ti, repartir desde Ti. Cuando se recibe la dicha y la bienaventuranza que procede de ti, todo se hereda ya, y el ciento por uno en la vida ventura: el reino de los cielos, la tierra prometida, el ser saciados por tu justicia, el don eterno de tu misericordia, el contemplarte en el amor, el ser verdaderamente tus hijos en la eternidad. Toda la promesa se transforma en ánimo esperanzado que, sin saber bien cómo, en tu misterio entrañable, recibo y trnasmito, sin darme cuenta.

06.10

Llamada

9 de junio
Domingo X

Gal 1, 11-19 Me llamó por su gracia
Me escogió desde el seno de mi madre, me llamó por su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí, para que lo anunciara. Y así, Señor, una y mil veces a lo largo de la historia se repite tu historia de amor con cada uno de los que nos encontramos, inesperadamente, una vez y cada día, escogidos, llamados, anunciados, revelados, enviados por ti, para proclamar las maravillas de tu bondad y tu amor para con nosotros. Gracias.

06.09

Sagrado Corazón de Jesús

7 de junio
Sagrado Corazón de Jesús

EZ 34, 11-16 Las apacentaré en ricos pastizales

Tu corazón, manantial inagotable de amor; tu corazón me recoge, me venda las heridas, me cura y restituye, me conduce hacia fuentes tranquilas, repara mis fuerzas. Tu corazón, Señor, sobre el que reposo mis cansancios para fortalecerme y ni tan siquiera recordar que estoy cansado. Tu corazón amado. Tu corazón amante. Tu corazón rendido. Tu corazón entregado. Tu corazón besado. Tu corazón contemplado. Tu corazón, donde me pierdo y no me hallo. La dulzura infinita de tu corazón, que me abre al corazón de mis hermanos.

06.07

Matrimonio

6 de junio
Jueves IX

Tobías 6, 10-11; 7,1.9-17; 8, 4-9ª Haznos llegar juntos a la vejez

Muchos de los novios que celebran el matrimonio eligen esta lectura, emocionados por esta petición de Tobías y Sara. Es tu Palabra, Señor, la que misteriosamente llega a la boca de los que normalmente no se dirigen a ti en la oración, de los que apenas son conscientes de los que significa que el matrimonio dura para toda la vida, en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, todos los días, hasta la muerte. De esta manera misteriosa te haces presente en su deseo, apenas percibido, y a mí me abres a la intercesión por ellos. Ábrelos al misterio de tu amor.

06.06

Sollozo

5 de junio
Miércoles IX

Tobías, 3, 1-11ª.16-17ª Profundamente afligido, sollocé, me eché a llorar, y empecé a rezar

Empiezo a rezar entre sollozos, Señor, al darme cuenta que no he llegado a la sangre en el combate contra el pecado, que quiero y no quiero, que busco y pierdo al mismo tiempo, que no consigo nada de lo que deseo, que la nada me da consuelo mientras busco el consuelo en todas partes alejado de la verdadera entrega, que….y dejo los sollozos intempestivos para abrirme a tu misericordia, pues sin ella nada puedo.

06.05