1 de marzo
II Domingo de cuaresma
Gn 22, 1-2.0-13.15-18 Aquí me tienes
Aquí me tienes, Señor, aquí me tienes. Cuando me llamas me presento, te muestro mi ser a disposición tuya. Aquí me tienes, he aquí tu siervo, hágase en mi según tu palabra. Como Abrahán, como María, como todos los que se ponen ante ti como el Señor de su vida y de su historia. Mi vida en tus manos, mi historia en tus manos, aquí me tienes, Señor, aquí me tienes. Que te escuche a ti, Hijo amado y transfigurado, y que viva según tu Palabra.
Que yo sepa Señor oír tu voz, que esté siempre dispuesta a realizar lo que me pidas.
Aquí me tienes. Aquí estoy. Aquí me has puesto, Señor, en este momento, en esta situación, en este lugar, en este ambiente… Y si es esa tu voluntad, aquí me tienes.
Aquí me tienes y te escucho, aquí me tienes, hágase en mi según tu palabra. Ayúdame, Señor, a saber siempre lo que quieres de mí, ayúdame a decir sí, dame fuerza para aceptar lo que me pidas, quítame los miedos, sujétame en tu mano.
Aquí estoy…