12 de marzo
Martes IV de cuaresma
Ez 47, 1-9, 12 Manaba agua
Zabúlleme en las aguas de tu misericordia, refresca mi cuerpo herido, purifica las llagas de mi pecado, hazme atravesar hacia ti sin temor, sin naufragar en las ataduras de mi carne, llévame a las alturas del abismo hermoso y ciego, hazme descender hasta la muerte oscura, dame el ancla de tu luz, donde se enciende el cirio de la pascua eterna, que me incorporó en el bautismo. Tus aguas caudalosas anegan mi vida, sin que yo sepa cómo.
Báñame de rocío
Inúndame de paz
Ahógame en tu luz
Sé que el agua nos purifica, nos hace no tener sed. Éste regalo de purificación deseo que fluya por todo mi ser. Ahora que es tempo propicio, que Tú nos esperas.
Agua inocente
sonrisa traspasada
en este niño