1 de diciembre
I domingo de adviento
Is 2, 1-5 Venid
Ven, ven, ven, despierta ya de tu sueño, entra en la claridad del nuevo día, tu salvación está ya más cerca, es inminente, en tus noches se terminan las noches, en tu vida despunta la aurora de la bendición inaudita, del abrazo que te funde y te trae mi salvación. Revístete de mi, de mi luz admirable, del gozo y la alegría con el que ciño tu carne y la hago entrar en mi dicha sin fin.
Hoy Señor, me haces reafirmar mí esperanza.
Quiere que ponga en Ti, mis anhelos y mis deseos de un mundo mejor para todos.
Me uno a la Iglesia y re ruego que vengas, pero que yo sea muy consciente que estás junto a mí.
Llénate de mi luz
vacíate
Cúbrete con mi manto
desnúdate
Recréate en mi palabra
ríndete
Sueña, camina, avanza:
busca la luz en las tinieblas
la paz en medio del odio
el amor en el abandono
Despierta y mira:
nunca me he ido
siempre te busco
nunca te olvido