1 de diciembre
Jueves I de adviento
Is 26, 1-6 Abrid las puertas
para que entren en la ciudad abierta, sin frontera, los pies del oprimido, los pasos de los pobres, el lento peregrinar de refugiado llagado en su corazón, derribad las fronteras, deshaced las murallas, ya llega el santo de Israel en la imagen herida de los últimos, de los que llevan tiempos eternos en centros de refugiados, maltratado, heridos, vejados por nuestro bienestar que no quiere compartir, abrir las puertas al redentor.
Abrir las puertas: escuchar, comprender, informar de las posibles ayudas, buscar una solución a tantos problemas… y en todos los casos sonreír.