La serpiente

12 de febrero
Viernes V

Gn 1, 1-8 La serpiente era más astuta

Y lo sigue siendo. Y susurra en mi vida: serás como Dios. Y me pierdo. Menos mal que tú estás siempre al quite y me rescatas, y no me dejas, y me tienes ceñido a tu cintura, y no me dejas escapar, aunque trate de esconderme de tu vista, señor.