18 de enero
Lunes II
Mc 2, 18-22 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos
Porque el vino revienta los odres y se pierden vino y odres. Y tú nos ves, Señor, con la mejor de las voluntades, con generosidad, con esperanza, poniendo una y otra vez vino nuevo en odres viejos. Aunque digamos que no. Bien nos conoces. Solo tú puedes remediarnos.