Hermoso

30 de noviembre
San Andrés

Rm 10, 9-18 ¡Qué hermosos los pies del mensajero!

El aviento se transforma en el mensajero de tu belleza, de la hermosura de tu corazón, de tu rostro, de tu palabra, de su ser para la salvación. Qué hermoso, Señor, este tiempo, que e una manera singular me envuelve de tu hermosura, me envuelve en ti. Hazme mensajero de tu amor en medio de nuestro mundo.