16 de octubre
Viernes XXVIII
Ef 1, 11-14 El es la prenda de nuestra herencia
De pronto he recordado a mi abuela, mujer de tanta fe, llamándome prenda mía, diciéndome que me quería más que a las niñas de sus ojos…y entiendo mejor, Señor, que te has hecho ternura, cariño, bondad infinita, hecho todo tú salvación. Eres la prenda de tu propio amor, tan desbordado en mi.