13 de septiembre
XXIV Domingo
Mt 18, 21-35 hasta setenta veces siete
Así me pides que perdone. Y para perdonar así solo lo puedo hacer desde tu corazón misericordioso: padre, perdónales porque no saben lo que hacen. Cuando no perdono es porque estoy afincado en mi herida, en mi dolor, en mi rencor, en mi ira, dando vueltas en espiral sobre mi propio ego. Ayúdame a salir de ahí. Perdona tú mis deudas, como yo perdono a mis deudores.