Plenitud

6 de septiembre
XXIII Domingo

Rm 13, 8-10 La plenitud de la ley es el amor

Amarte sobre todas las cosas. Y que ese amor se haga real y práctico, encarnándose en lo concreto. Que el amarte a ti sea un desposeerme de mi, un renunciar a mis apegos y apetencias. Un dejar que tu gracia, que todo lo puede, me haga más tuyo y menos mío. No se trata, que también, de no cometer adulterio, de no matar de no robar, de no codiciar. Sino de vivir en lo pequeño de cada día la grandeza de tu amor. Sólo tú puedes en mí, Señor.