30 de enero
Jueves IIII Samuel 7, 18-19.24-29 Por eso tu siervo ha tenido animo para dirigirte esta oración
Tú mi dueño y Señor, eres mi Dios, tus palabras son verdad y has prometido a tu siervo este bien. Dígnate bendecir la casa de tu siervo para que permanezca siempre ante ti.