26 de enero
III domingoMt 4,12-23 Venid en pos de mi.
Tu palabra, tu voz, tu llamada. Inmediata. Dardo en lo más profundo del ser. Sin reservas. Sin duda. Con alteración. Con miedo. Con gozo. La paz de seguirte en lo desconocido, confiado. Tu llamada que llega inesperada, en cualquier circunstancia de la vida. En tu llamada la misma posibilidad de responderte. Dejo los combates y te sigo.