Codornices escabechadas

4 de diciembre
Miércoles I de adviento

Is 25, 6-10ª Un festín de manjares suculentos

Codornices escabechadas en el hogar de tu ternura, el sabor de los cítricos maduros de la ladera que acaricia tu mar, un festín de vinos de solera, en la bodega de tu conocimiento, el don de tu amistad, tu cercanía, un manjare exquisito tu cuerpo, un vino refinado tu sangre, tu presencia un manantial de sabores, un dulce gusto, un escalofrío, tu tacto en mi herida, la gasa imperceptible de tu seda. Aquí está nuestro Dios, esperábamos en él y nos ha salvado.

un vástago

3 de diciembre
martes I de adviento

Is 11, 1-10 De su raíz florecerá un vástago

Y floreces en mi año tras año, a esta edad tardía; revolotea tu espíritu sobre mí; fortaleces mi debilidad; pones tus palabras en mi boca, siervo de labios impuros transformados por tu don y tu gracia; tus aguas colman mi mar; me desbordas en flores; tus alas de paloma, tus plumas de colibrí, vuelo en tu vuelo; tu lealtad cinturón de mis caderas. Y aunque retozo junto al escondrijo de la serpiente nada temo porque tú vas conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan.

Esplendor y gloria

2 de diciembre
Lunes I de adviento

Is 4, 2-6 El esplendor y la gloria

Tu esplendor y tu gloria son mi ornamento, escribes mi nombre en el libro de tu vida, gozo y plenitud perfecta, alegría perpetua a tu derecha, canto de júbilo y alabanza, porque ya llegas, soplo ardiente que consume y no da pena. ¡Ven Señor Jesús!

Adviento

1 de diciembre
I domingo de adviento

Rm 13, 11-14ª Ahora la salvación está más cerca

Tan cerca que tu aliento está en mi aliento, tu carne en mi carne, tu palabra en mi boca, tu amor anida en mi corazón. Tan cerca que tu luz desvela mis tinieblas y me arma de valor. Tan cerca que tu paz mis construye mis días. Tan cerca que entras en mi cuerpo para revestirme de tu bien, de tu bondad, de tu verdad, y alejarme de las lujurias y desenfrenos. Tan cerca que me haces andar en pleno día, con la dignidad del sentirme deseado por ti y desearte como único ser de mi vida. ¡Ven Señor Jesús!