En Cristo

10 de septiembre
Martes XXIII

Col 2, 6-15 Proceded unidos a Cristo, el Señor, arraigados y edificados en él

y no permitas que me separe de ti, ni ahora, ni en la hora de mi muerte. Amén.

Cristo

9 de septiembre
Lunes XXIII

Col 1, 24-2,3 Nosotros os anunciamos a Cristo

Este es el único propósito: anunciar a Cristo, para que reine en nuestros corazones, para que nos demos cuenta que estamos en él, que él nos habita, que es el tesoro de nuestra vida. Anunciaros a Cristo para que aumente en mi la fe, la esperanza y la caridad, y así también la gracia de Dios os haga crecer en amor a Cristo, sobre todas las cosas. Esta es la alegría del evangelio que tú nos regalas, Señor, al enamorarnos de ti.

Seguirte

8 de septiembre
XXIII Domingo

Lc 14, 25-33 Si alguno viene a mi y no pospone

Mucho me cuesta posponer, en el día a día, las apetencias, los afectos, los lazos -ya sean con hilo de seda o con maroma de esparto- que me impiden ser libre para ti. Ayúdame tú, Señor, a ordenar lo desordenado, a poner en todo y sobre todo el deseo de seguirte con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi ser. Pues sin ti nada puedo.

Reconciliación

7 de septiembre
Sábado XXII

Col 1, 21-33 Dios os ha reconciliado

Déjame reconciliar por ti, Señor. Transforma mi vida, una vez más, por el don de tu misericordia, pues alejado de tu amor, ¿en qué infierno viviré?

Tu plenitud

6 de septiembre
Viernes XXII

Col 1, 15-20 Porque en él quiso que residiera toda la plenitud

Toda la plenitud en mi vida procede de ti, tú eres Dios. Ayúdame a verte en todas las cosas, y a ver todas las cosas en ti, Señor.

Intercesión

5 de septiembre
Jueves XXII

Col 1, 9-14 No dejamos de orar por vosotros

Hoy, en el retiro que estoy haciendo, pongo todas vuestras intenciones en mi oración, e intercedo ante Nuestro Señor Jesucristo por vosotros. Que el sea la delicia de vuestro corazón, que os bendiga, que os envíe a proclamar con vuestra vida la buena noticia del evangelio. Orad vosotros por mí.

Retiro

4 de septiembre
Miércoles XXII

Lc 4, 38-44 Se fue a un lugar desierto

Tú me sigues llevando a un lugar desierto, en silencio y soledad. Una vez más, Señor, sedúceme y ayúdame a ser seducido por ti sin reservas, incondicionalmente, reconociendo que eres el único Señor de mi vida.

Hijo de tu luz

3 de septiembre
Martes XXII

I Tes 5,1-6.9-11 Sois hijos de la luz e hijos del día

Y aunque bien me conoces, Señor, y sabes que transito las tinieblas y las sombras de muerte, cuando me aparto de ti, y juego con otros señores de mi vida, embargo se que tú me sigues regalando cada día la luz, para que camine iluminado por ti, que nos visitas como el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que vivimos en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Año de Gracia

2 de septiembre
Lunes XXII

Lc 4, 16-30 Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír.

Tú mismo, Señor, la sigues proclamando hoy, y llega a nuestros oídos en la eucaristía, o cuando nos acercamos a meditar con tu evangelio. “El Espíritu del señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año de gracia de Señor”. ¿Cómo encarno esta misión en mi vida? Ayúdame tú, Señor.

Open Arms

1 de septiembre
XXII Domingo

Lc 14,1.7-14 Cuando des un banquete invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte.

Durante el mes de agosto has visto, Señor, como Europa se sigue deshaciendo moralmente con la crisis de los refugiados del Open Arms. Como si no fueran seres humanos los seres humanos que no dejamos entrar a comer ni las sobras del banquete. Más allá de toda consideración política, social, económica, estratégica, ayúdanos tú, Señor, a mirar al otro con la misma misericordia y compasión con que tú nos miras.