Seguirte

8 de septiembre
XXIII Domingo

Lc 14, 25-33 Si alguno viene a mi y no pospone

Mucho me cuesta posponer, en el día a día, las apetencias, los afectos, los lazos -ya sean con hilo de seda o con maroma de esparto- que me impiden ser libre para ti. Ayúdame tú, Señor, a ordenar lo desordenado, a poner en todo y sobre todo el deseo de seguirte con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi ser. Pues sin ti nada puedo.