Los doce

10 de julio
Miércoles XIV

Mt 10,1-7 Estos son los nombres de los doce apóstoles

Mi nombre está pronunciado por tu boca, Señor, y a tu aire me recreas.

Lucho contigo

9 de julio
Martes XIV

Gn 32,23-33 Suéltame, que llega la aurora

¿Y tú me pides que te suelte cuando lo que quiero es que tú me agarres y no me dejes solo, que me perdería? En cualquier caso, bendíceme, Señor, el que eres vida mía, pues te he visto y sigo vivo, con la vida que procede de ti. En tus manos estoy.

Betel

8 de julio
Lunes XIV

Gn 28, 10-22 Realmente


Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía, se dice Jacob en Betel. Y desde ahora cualquier lugar se convierte para él en tu casa, pues le acompañas en sus caminos, y estableces un morada en él y en su historia. Realmente está siempre en mi vida, Señor, y no me abandonas.

A tus pechos

7 de julio
Domingo XIV

Is 66, 10-14 Mamaréis a sus pechos


El cambio que ofreces es radical. Del luto se pasa a la alegría, a la abundancia primigenia, al renacimiento en ti, al gozo y a la fiesta, al desbordamiento: nos saciaremos de tus consuelos, estallaremos en tus delicias, seremos torrente en crecida, llenos de riquezas, acariciados, consolados, con el corazón lleno de dicha, con los huesos florecidos como un prado. En ti la vida verdadera, amado mío.

Engaño de Jacob

6 de julio
Sábado XIII

Gn 27, 1-5.15-29 ¿Quién eres, hijo mío?

Aunque te engañe tu sabes bien quien soy. Tú me sondeas y me conoces. No ha llegado la palabra a mi boca y ya te la sabes toda. Me estrechas por detrás y por delante. Se que solo puedo ser en ti. Renueva mi ser tuyo. Cada día.

Sacrificio de amor

4 de julio
Jueves XIII

Gn 22, 1-19 Toma a tu único hijo, al que amas, y ofrecemelo en holocausto

Lo incomprensible no tiene comprensión. Solo se puede actuar desde el amor. A ti. Y amar al prójimo más que a uno mismo.

Piedra angular

3 de julio
Santo Tomás, apóstol

Ef 2, 9-22 El mismo Cristo es la piedra angular.

No hay otra. Por ti, en ti, contigo, toda vida queda ensamblada. Y una vez que me has contraído me haces morada tuya. ¡Señor mío y Dios mi! Aumenta mi pobre fe.

Tempestad

2 de julio
Martes XIII

Mt 8, 23 ¡Señor, sálvanos que perecemos!

Este el grito sincero que se hace oración. Perecemos en tu Iglesia cuando somos autoreferenciales, cuando no servimos, cuando no damos la vida por ti y por el evangelio, cuando no somos testigos de la alegría del evangelio, cuando nos alejamos de ti. Perece nuestra vida religiosa cuando no te hacemos único centro de nuestra vida y nos contentamos con amores sucedáneos. Perecen Sodoma y Gomorra en el fuego de la marginación, el juicio y la condena. Perece nuestra sociedad de consumo. Solo tú puedes convertir nuestro corazón y salvarnos.

Bendice alma mía al Señor

1 de julio
Lunes XIII

Salmo 102 Bendice alma mía al Señor

Bendice alma mía al Señor y todo mi ser a su santo nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides sus beneficios. El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades. El rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. Tu Palabra, Señor, se hace oración verdadera en mi boca: te bendigo, conozco tus beneficios en mi vida, curas mi enfermedades del espíritu, me fortaleces el cuerpo, me rescatas de mi propia fosa, no me dejas caer en el abismo, me colmas de gracia y de ternura. Todo mi ser bendice tu santo nombre.