Piedra preciosa

26 de mayo
VI domingo de pascua

Ap 21,10-14.22-23 Su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa


En la última morada, allí, en la flor de mi secreto, tu piedra de jaspe cristalino, que no necesita ni de sol ni de luna que la alumbre, pues es tu gloria la que me envuelve, desde que sale el lucero del alba hasta el poniente de la vida. Tú, señor, tu gloria llenándolo todo, bañándolo todo, volviendo todo uno en ti.