paz

28 de abril
II domingo de Pascua

Jn20, 19-31 Paz a vosotros

Tu saludo pascual se convierte en cauce de misericordia, en este domingo en que recordamos tu divina misericordia. Tu paz que sana, tu paz que perdona, tu paz que reconforta, tu paz que pone fin a tantas batallas en las que luchamos, cuerpo a cuerpo, al borde del abismo, al tiempo que imploramos tu misericordia. Derrama abundantemente el don de tu paz y tu perdón en nuestros corazones heridos, que he anhelan.