8 de marzo
Viernes después de ceniza
Is 58, 1-9 Y no cerrarte a tu propia carne
En la humanidad herida. En el que pobre, en el que sufre, en el que no comprendo, en el que es tan diverso de mi que no lo acepto, en el que tiene otra cultura, otras opciones vitales, en que es diferente, en el que como yo, es pobre y limitado y vulnerable. Por eso me pides no cerrarme a mi propia carne.