Recién nacido

1 de febrero
Viernes III

Hb 10, 32-39 Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados…

No los olvido, al rescoldo de tu luz me tienes admirado. El amor primero, la suave claridad de irte descubriendo, el alba tenue, el silencio sencillo, la profundidad amorosa del reconocer tu presencia, el no tener alfabeto para describir tu paso por mi vida. Una vez más te pido, luz de mi vida, que avives en mi el don recibido.