Tu corazón

24 de diciembre

Sm 7, 1-5.8-12.14.16 Ve y haz lo que desea tu corazón

Deseo acogerte. Deseo que pongas tu tienda en mi posada. Deseo ver tu luz en la oscuridad. Deseo tu venida en la carne frágil y vulnerada. Deseo ser tuyo, sin principio ni final. Te deseo, Señor, mi Salvador.

Príncipe de la Paz

23 de diciembre
IV domingo de adviento

Mi 5, 1-4 El mismo será tu paz

La paz que me dejas, la paz que me das. Pon tu paz en mi corazón, en mi vida. la paz de la mansedumbre, la paz del silencio comprensivo, la paz de la empatía con el que me hiere y desprecia, la paz hacia el que me la niega. En mis violencias hazme ser un instrumento de tu paz, Señor. Sobre todo en estos días en que te acercas hasta nosotros, Príncipe de la Paz.

Magnificat

22 de diciembre

Lc 1,39-45 Proclama mi alma la grandeza del Señor

Proclame mi lama siempre tu grandeza, Señor. Bendice alma mía al señor, y no olvides sus beneficios. Bendice alma mía al Señor, pues de él viene tu vida, tu salvación. Bendice alma mía al Señor. Y sigues dispersando a los soberbios de corazón, y enalteciendo a los humildes, a los hambrientos los colmas de bienes, y al os ricos los despides vacío. En ti confío, Señor.

Dichosa tú

21 de diciembre

Lc 1, 39-45 Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho es Señor se cumplirá

Bendito tú entre las mujeres, y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.

Dame, Señor, la fortaleza en la fe, la seguridad en la esperanza y la constancia en el amor de tu Madre.

Llena de Gracia

20 de diciembre

Lc 1, 26-38 Alégrate, María, llena de gracia

Siempre me maravilla la escena de tu encarnación. Alégrate, María, llena de gracia. Alégrate. Llena de Gracia. El Señor está contigo. No temas. Has encontrado gracia ante Dios. El espíritu santo vendrá sobre ti. He aquí la esclava del Señor. Hágase en mi según tu palabra. Hágase en mi según tu Palabra. Hágase en mi según tu Palabra.

María

18 de diciembre

Mt 1, 18-24 La generación de Jesucristo fue de esta manera: María

María, presencia silenciosa y expectante de este adviento. María, la Virgen que se abre a tu presencia desde la sencillez y la humildad. María, mujer fuerte, protagonista de la historia, transformadora de la humanidad. María, modelo de la Iglesia que se abre a la encarnación. María, tu madre. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte amén.

Fecunda

19 de diciembre

Jc 13, 2-7 Concebirás y darás a luz un hijo

Tu promesa, Señor, llega a todos los vientres estériles, a todos los que se abren a la fecundidad de tu amor, de tu presencia tierna. La fe mueve a la esperanza de que tú estás entre nosotros, fecundo y fuerte, como salvador.

Los orígenes

17 de diciembre

Mt 1, 1-17 Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

En esta lista de nombres, engendrados y engendradores, está la historia de la salvación, desde el origen de la creación del mundo hasta el inicio de nuestra era, con el misterio de tu encarnación. Tú nos has destinado, desde siempre y por siempre, a ser santos e irreprochables en tu Hijo, por el amor. Toda la humanidad se vuelve a ti y con este evangelio te alaba, Señor.

Alégrate

16 de diciembre
III domingo de adviento

Sof 3,14-18 Alégrate

Alégrate, grita disfruta con todo tu ser, regocíjate. El Señor llega, se acerca, te salva, está en medio de ti, no temas mal alguno. Y es verdad. Por eso cuando me envuelven sombras de muerte, y quiero caer en mis abismos, es bueno recordar que eres Dios con nosotros, valiente y salvador, que te alegras y gozas conmigo, que me renuevas con tu amor. Por eso me alegro y exulto, hoy domingo de adviento, como en día de fiesta.

De fuego

15 de diciembre
Sábado II de adviento

Ecl 48, 1-4.9-11b Surgió el profeta Elías como un fuego

Oh llama de amor vivo, que tan profunda y tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro pues ya no eres esquiva aparta ya si puedes, ¡rompe la tela de este dulce encuentro! Consúmeme. Abrásame. Incendia mis fuegos. Reaviva mis rescoldos. Vuélveme loco en la dichosa locura de tu amor.