Diadema de gloria

9 de diciembre
II domingo de adviento

Ba ruc 5, 1-9 Ponte en la cabeza la diadema de gloria

Engalánate de confianza, con los zarcillos de la maravilla, pues el Señor ha estado grande contigo, y se ha fijado en ti. Ponte los zajones repujados en coral, los más flexibles, vístete de tu misma piel, tierna y dulce, pues el Señor se ha fijado en ti, te ha teñido con su misericordia sin fin. Él desborda tus alegrías, te lleva por caudales que nunca, ni en el mejor de tus sueños, habrías podido imaginar. Despierta y danza en el éxtasis olvidado del amor. El Señor está en ti y de colma de gracia y bendición.