El joven rico

10 de noviembre
Sábado XXXI

Lc 16, 9-15 No podéis servir a Dios y al dinero

Hazme, Señor, pobre, austero, sencillo, administrador de las múltiples riquezas que me regalas, de las galas con que me engalanas. Hazme crecer cada día en desprendimiento, en solidaridad con los más necesitados, dando lo mejor de mí mismo para el bien común. Convierte mi corazón, tan egoísta y apegado a lo que no es.va

Templo tuyo

9 de noviembre
Dedicación de la Basílica de Letrán

I Cor 3, 9c-11.16-17 Sois edificio de Dios

Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa. Se que mi casa es morada tuya, que me has cimentado sobre tu roca, que has levantados mis muros, que por mis ventanas entra a raudales tu luz, y la transparencia de tu gracia, que me haces tuyo…pero espero gozar de tu dicha por años sin término contemplando tu templo.

Querer y obrar

7 de noviembre
Miércoles XXXI

Fil 2, 12-18 Es Dios quien activa en nosotros el querer y el obrar

Bien que lo estoy experimentando en los últimos meses. Pues sin ti, ¿qué puedo hacer? Solo tu gracia me sostiene e impulsa, pone en mí deseos de liberación y los actúa. El tiempo de la libertad pertenece a la soberanía de tu gracia. Para ser libre me has liberado.

Descartados

5 de noviembre
Lunes XXXI

Lc 14, 12-14 Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos….

a los que no cuentan, a los descartados de la vida y de nuestra opulencia occidental, a los refugiados, a los sin techo, a los marginados, a los que nadie invitamos a un banquete, pues ellos son el sacramento de tu amor, y en relación con ellos nos jugamos la vida verdadera, la plenitud, el ser bienaventurados….lo que no acabamos de creer, por mucho que vengan los profetas a decírnoslo. Kyrie Eleison.

Todo el ser

4 de noviembre
Domingo XXXI

Mc 12, 28-34 Con todo el corazón, con todo el entendimiento, con todo el ser

Amarte así. Con todo mi ser. Sin reservarme espacios. Sin reservarme tiempos. Sin reservarme pensamientos: todo tuyo, en todo lugar, en todo momento. Mi vida en tus manos. Se que no es así, pero tu gracia me mueve a amarte de todo corazón, con todo mi entendimiento, con todo mi ser. Y me mueves a amar al prójimo como a mí mismo.

Santidad

1 de noviembre
Todos los santos

Mt 5, 1-12 Bienaventurados

Tú nos quieres santos y esperas que no nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. Tú me dices, camina en mi presencia y se perfecto, perfecto y misericordioso como tú lo eres. Tú nos has elegido para que seamos santos e irreprochables ante ti por el amor. Alegrémonos y regocijémonos por esta vocación que nos has regalado. Gracias, Señor, por el don de la santidad en la Iglesia, tantos hombres y mujeres santos: sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje, el lenguaje de tu amor.