En lo secreto

20 de junio
Miércoles XI

Mt 6,1-6.6-18 Ora a tu Padre, que está en lo secreto.

Acércame al lugar donde secretamente tú solo moras. Y a tu aspirar sabroso, de amor y gloria lleno, enamórame delicadamente, en el silencio de lo escondido, amado mío, paloma mía, ciervo mío, ven a mí.

Enemigos

19 de junio
Martes XI

Mt 5,43-48 Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen

Tus peticiones, que son mandatos para los que queremos cumplir tu voluntad, nos desconciertas, nos sacan de nuestros hábitos y maneras de actuar, nos ponen ante el reto de lo desconocido, de lo auténticamente evangélico, de tu formar de actuar y de vivir. Amad a los que son mis enemigos, amad sin reservas, amad de verdad, amad como tú me has amado. Concédemelo tú, Señor.

da

18 de junio
Lunes XI

Mt 5, 38-42 A quien te pide, dale

Dale hasta que te duela, dale hasta desaparecer, dale de lo que necesitas para vivir, dale generosamente, dale al pobre, al desamparado, al refugiado, al emigrante, al sin techo, al lejano, al cercano, dale tu vida para que tenga la vida que tú tienes abundante, por don de Dios.

cantan los árboles del bosque

17 de junio
XI domingo

Ez 17, 22-24 Y reconocerán todos los árboles del campo que soy el Señor

Los chopos, los tilos, las encinas, los pinos, los cedros del Líbano, los nogales, las hayas, los robles, los abetos, los pinsapos, los fresnos, los enebros, todos los árboles del bosque, donde anidan y cantas los pájaros que te alaban, cantan con su silencio que tú eres el Señor y dador de vida, el creador de todo y cada uno de nosotros. Gracias, Señor.

Mi suerte

16 de junio
Sábado X

Salmo 15 Mi suerte está mano en tu

Otra vez pones ante mis ojos, en mi boca, en mi corazón, el salmo quince. Se ve que mes mi necesidad de hacer verdad lo que pronuncio, a veces tan inconsciente, tan inconsistente. Dos veces en la misma semana. Yo digo al Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi bien, los dioses y señores de la tierra, el dinero, el poder, el prestigio, la apariencia, el no ser lo que verdaderamente soy, tuyo, no me satisfacen. Y porque me satisfacen, te pido perdón.

Brisa suave

15 de junio
Viernes X

I Re 19, 9ª.11-16 El susurro de una brisa suave

En el susurro de una brisa suave. Allí estas tú. Con tu voz de silencio sutil. Que sepa ver tu presencia en todos los acontecimientos de mi vida, el día de hoy, desde que me he levantado hasta que me acueste. Tú en los desapercibido, en lo pequeño, en lo sencillo de la existencia.

Me dejas mullido

14 de junio
Jueves X

Salmo 64 Tú cuidas la tierra

Me cuidas. Me riegas, me enriqueces sin medida. Mi corazón es una acequia en tus manos. MI acequia está llena de tu agua, de tu amor, de tu misericordia. Riegas mi arideces, mis surcos. Igualas mis terrones, tu llovizna me deja mullido. Bendices mis brotes, brotes en el tocón de mi esterilidad. Me coronas con tus bienes. Rezumo, bien lo sabes, de tu abundancia. Me orlas de alegría. Y estallo cantando.

Tu eres

13 de junio
San Antonio

Salmo 15 Tú eres mi Dios.

Tú eres mi Dios. El Dios del amor. Se que me amas. Se que en mi vida derramas bendiciones abundantes. Se que eres el lote de mi heredad y mi copa. Se que mi suerte está en tus manos. Se que me enseñas el sendero de la vida. Gracias. Ayúdame a cumplir tu voluntad en cada momento. Tú mi Dios, me saciarás de gozo en tu presencia.

Orza y alcuza

12 de junio
Martes X

I Re 17, 7-16 No me queda pan cocido

Tan solo me queda un puñado de harina en la orza y un poco de aceite en la alcuza. Pero respondo a tu petición, lo comparto contigo, y luego quedo en manos de Dios. Este ejemplo de hoy, de la viuda de sarepta, que pones ante mis ojos, contrasta con mi egoísmo, con el individualismo, con el no hacernos responsables del hambre del mundo, de la indigencia, de los descartados. Encerrado en mi propia carne, me olvido del prójimo. Hazme crecer, Señor, en justicia social.

Felices

11 de junio
Lunes X

Mt 5, 1-12 Bienaventurados

Bienaventurada Adela de Batz de Tranquelleón, fundadora de las religiosas marianistas, que ayer fue beatificada en Francia. Demos gracias a Dios por su vida y por el don de la familia marianista.

Bienaventurado soy, pues me llamas a la santidad cuando me abro a la pobreza del espíritu, a la mansedumbre, a la limpieza de corazón, al llanto, a la misericordia, al hambre y sed de la justicia, al trabajo por la paz, a la persecución. Bienaventurado, porque cada día me ofreces vivir tu bienaventuranza.