Sediento de ti

2 de junio
Sábado VIII

salmo 62 Mi alma está sedienta de ti

Sedienta de ti como tierra reseca, agostada, sin agua. Riega mi tierra en seguía, Señor, pues te busco como busca el cervatillo corrientes de agua. Mi carne tiene ansia de ti, me consumen los anhelos, como el centinela nocturno que espera el clarear del nuevo día: tu salvación.