Bendición

25 de mayo
Viernes VII

Salmo 102 Bendice alma mía al Señor

Y no olvides sus beneficios. Siempre que leo este salmo, que me lo regalas en la liturgia, danzo en ti, y me introduces en el baile de la alabanza, de la bendición, del reconocimiento de tu gracia y de tu ternura en mi vida. Y ahora, en este momento, me hago consciente de tantos beneficios que me regalas en estos días, te bendigo, y caigo rendido.