Pentecostés

20 de mayo
Pentecostés

I Cor 12, 3-7.12-13 Nadie puede decir Jesús es Señor sino por el Espíritu Santo

Derrama tu Espíritu, Señor, en mi ser, para que pueda reconocerte como Señor de mi vida, para que pueda bendecir tu nombre, y proclamar tu grandeza, para que me arrullen los trinos de tus maravillas, que llegan hasta mí, hoy, encauzadas en tu amor. Tú eres Señor y dador de vida. Ven Espíritu santo, llena los corazones de tus fieles e infunde en ellos las llamas de tu amor. Oh llama de amor viva.