17 de abril
Martes III de Pascua
Jn 6, 30-35 Yo soy el pan de vida
Aliméntame. Abres tú la mano y sacias de favores a todos los vivientes. Aliméntanos. Con tu cuerpo, con tu sangre, con tu palabra. Cada día. Que nos transformemos en lo que comemos. Tu cuerpo entregado, tu sangre vertida. Por amor. En el servicio gratuito y desinteresado a los más pobres y necesitados, a los descartados de nuestra sociedad.