Pascua VII

7 de abril
Sábado octava de pascua

Mc 16, 9-15 Jesús resucitado al amanecer del primer día de la semana se apareció

Alzo la mano para tocar tu rostro, alma del universo, tu rostro que es el rostro de la humanidad engendrada en Padre, creador y dador del mundo, en el Hijo, Señor resucitado, pasión definitiva en mi vida, en el Espíritu Santo, más grande que mi pobre palabra, a Él me entrego. Te busco palpando con mis ojos el misterio de tu presencia escondida, que se manifiesta este día de Pascua en todo su esplendor. Alzo mi ojos a ti y quedo enamorado.