Gracia

11 de marzo
IV domingo de cuaresma

Ef 2,4-10 Por pura gracia estáis salvados

Todo es fruto de tu infinita misericordia, todo regalo, todo don. por mi parte solo queda responder. E incluso la respuesta cuando más generosa sea, cuando más inflamada y enardecida de amor, es don tuyo. Pues hombre débil soy, demasiado pequeño para conocer la inmensidad de tu amor para conmigo. En tus manos estoy, Señor.

Nube mañanera

10 de marzo
Sábado

Os 6, 1-6 Vuestro amor es como nube mañanera, como rocío que al alba desaparece

Eres el alba donde mi ser desaparece, el ocaso que me resucita, la nube mañanera que me anuncia la lluvia de tu generosidad, la luz de tu palabra, la palabra que pones en mi boca, el silencio de mis labios, la entrega de mi corazón, la dicha y la pérdida, el susurro y el grito desgarrador del amor, de tu amor, que eleva mi oración, Jesús, dulce memoria de mi perdición.

Tu amor generoso

9 de marzo
Viernes III de cuaresma

Os 14, 2-10 Los amaré generosamente

Tu amor es rocío, lirio, raíz de cedro, retoño, olivo azulado, zarcillo de nubes, fruta madura, albaricoque secreto, néctar de higo, perfume de limón y lima, naranja y bergamota, clavo y canela, tabaco, trigo, mosto, vid regada. Tu amor abeto siempre verde, sombra y cobijo, cuerpo entregado, don de tu flor.

Tu voz

8 de marzo
Jueves III de cuaresma

Salmo 94 Ojalá escuchéis hoy su voz

Tu voz, el aroma de tu voz. Tu tono. Tu aliento. Tu melodía interior. El sutil murmullo de tu amor cuando aún no ha alcanzado la claridad de tu boca. Tus besos. Déjame mudo para proclamar tus maravillas, que me entretejen y me hacen palabra agradecida.

Lo que han visto mis ojos

7 de marzo
Miércoles III de cuaresma

Dt 4, 5-9 Guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos

Cómo olvidar que te he visto en el campo recién segado, en medio del camino, cómo olvidar tu belleza de flores y esmeraldas, tu presencia y hermosura, el don de tu luz, tu claridad, tu presencia escondida, percibida, cercana, tu aliento que me constituye, el aroma de tu voz…déjame ciego para mirarte mejor.

El más más pequeño

6 de marzo
Martes III cuaresma

Dn 3, 25.34-43 Ahora somos el más pequeño de los pueblos

y sin embargo, en la pequeñez, más grande que todas las estrellas del cielo, más que todas las arenas de las playas marinas, más incontables que las gotas de agua en el océano inmenso; en la pequeñez me miras y me acrecientas disminuyéndome, tú mi Dios. Porque tu ternura y tu misericordia son eternas.

Sed de ti

5 de marzo
Lunes III cuaresma

Salmo 41 mi alma tiene sed del Dios vivo

Soy el corzo que busca corrientes de agua para apagar la sed, la sed profunda, la sed viva, te busco, fuente viva, Dios mío, rey mío. Todo me mueve a ti. Envía tu luz y tu verdad, para que ellas me guíen hacia tu manantial. Tú el Dios de mi alegría, tú mi morada, tú el Dios al que mi cítara canta, tú mi canto enfebrecido, tú, tú, tú.

Tu Dios

4 de marzo
III domingo de cuaresma

Ex 20, 1-17 Yo soy el Señor, tu Dios

Tú eres el Señor, mi Dios, mi vida, mi amor, el que me has entretejido en el seno materno, el que me has llamado, el que soplas tu aliento y me constituyes en el ser, el que me liberas, el que me sostiene, mi bien, mi belleza, mi verdad, mi anhelo. Tú eres mi Dios, el Dios de mi vida, mi luz, por eso desde mi oscuridad me vuelvo a ti, magnum mysterium.

Entrañado

3 de marzo
Sábado II de cuaresma

Lc 15, 11-32 Lo abrazó, se le echó al cuello y le cubrió de besos

Pastoréame, buen pastor, amado, desde tus entrañas conmovidas por mi pecado, que anida en el dolor de mi corazón, en el desgarro de querer y no hacer lo que quiero. Pastoréame alzándome en tus hombros, dejando caer mi cabeza en tu pecho, abrazándome estrecho, besando mi corazón que te anhela mientras ando solo por la espesura de mi desarraigo. Mientras vuelvo a ti.

Homicida

2 de marzo
Viernes II de cuaresma

Gn 37, 3-4.12-13.17-28 Vamos a matarlo

Este es el pensamiento de los hermanos de José, de los que planearon tu muerte, de tantos hombres y mujeres, hermanos de sus hermanos, que abrigan en su corazón agresividad desbordada, ira, deseos de aniquilamiento. es la historia de la humanidad, desde Caín y Abel. Purifica tú, Señor, nuestros odios y rencores, las pasiones destructivas que anidan en mi corazón.