Corazón que arde

30 de abril
Domingo III de Pascua

lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón?

Arde con tu cercanía, con tu presencia resucitada, arde con el sol, la luna y las estrellas, arde con la llame que consume y no da pena, arde, Señor del Universo, Cristo vivo, con tu presencia alentadora en todo lo que es, vive y llama a contemplar la maravilla de tu belleza. Arde, Señor, cuando te acercas a mí, aunque no te reconozca. Cuando tu Palaba llega a mi camino. Cuando partes el pan cada día.