Gloria

22 de abril
Sábado de la octava de Pascua

Hechos 4, 13-21 Todos daban gloria a Dios por lo sucedido

Por tu resurrección de los muertos, por la alegría que pones en mi corazón, más que si abundara en trigo y vino, porque arde mi corazón en la hoguera perpetua de tu amor amado, porque caminas por el camino de la vida, y embarras tus pies heridos, porque aceptas mi duda y mi pasmo, mi ceguera y mi sordera, y dejas que mi mano palpe la llaga de tu herida y se introduzca en tu costado, manantial que brota para la vida eterna, eres Tú, Señor, el que me llama, el que me salva, el que me hace ser canto de gloria y amor.