Tu presencia oculta

18 de abril
Martes de la octava de Pascua

Jn 20, 11-18 Ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús

Me ciega el amor, escucho tu voz y se alteran mis entrañas, algo se mueve en mi interior, te presiento y no te reconozco, te intuyo pues te amo, más a mi propio ser, recuerdo que te besé los pies, que te anegué el corazón con mis lágrimas, que me bañaste en tu misericordia, acariciaste mi ser con la dulzura de tu mirada abierta, que me diste vida, y vida abundante, con la flecha de tu consuelo, abre mis ojos para ti, abre mi ser para que reciba el manantial que me conduce hasta la vida eterna.