Ecce Homo

31 de marzo
Viernes IV de cuaresma

Sab 2, 1a.12-22 Lo someteremos a ultrajes y torturas

Ahí estás crucificado en tanta humanidad sufriente. En tantos creyentes que están perseguidos a causa de su fe. Ahora mismo. En tantos inocentes que padecen nuestra falta de solidaridad y de amor. Por tu misericordia, devuélvenos el ser lo que somos en ti.

Necio

30 de marzo
Jueves IV de cuaresma

Salmo 105 Cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba

¿Cabe mayor necedad? Y en ella caigo todos los días. Levanto estatuas de idolillos, imágenes construidas por mí, quimeras, espejismos, que me separan de ti, levanto un monumento a mi propia necedad mientras me separo de ti. Mientras me olvido de tu salvación, de tus maravillas y prodigios, de todo lo que has hecho en mi. Malbarato tu gloria. Perdóname, señor.

Salid

29 de marzo
Miércoles IV

is 49, 8-15 Salid

Salid, nos dices. ¿De dónde? De vuestro propio querer e interés. Salid, no os aposentéis en vosotros mismos, dejaos de historias reconcomidas, salid de vuestra pobreza sin mí, salid de vuestra tierra y de vuestra casa, en pos de la promesa, sin nada, sin apenas confianza, en la oscuridad, con determinación y abandono, libres de expectativas, ale hop, déjate de historias y ven a la luz, a mi luz, muere deslumbrado y olvidado de ti.

Ábrete

27 de marzo
Lunes IV de cuaresma

Is 65, 17-21 Mirad

Abrid los ojos, estad atentos, mirad. A vuestro alcance el cielo nuevo y la tierra nueva. Así nos dices, señor, en este día de cuaresma. Anticipándonos la pascua. Regocijaos, alegraos por siempre, clamores de júbilo en vuestro corazón, corza herida por el vislumbre de mi amor. mira que te doy los frutos de mi amor, jugoso de vida y abundancia, don infinito para saciar tus suspiros. Mira, que estoy contigo, y te tengo estrechado en mi, abriendo tus horizontes.

Vida en tu luz

26 de marzo
IV domingo de cuaresma

Ef 5, 8-14 Ahora sois luz en el Señor

En tu luz desde que fui dado a luz, por tu luz. Regalo de la vida en ti. Para que ya no viva para mí mismo, sino para ti, que por todos has muerto y resucitado. Hijo de la luz. Necesitado de escuchar, «despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz». Tú eres mi luz, en medio de la tiniebla y sombra de muerte de una vida todavía mía. Guíame por el camino de la paz. Bendice alma mía al señor, y no olvides sus beneficios.

Alégrate

25 de marzo
La Anunciación de Nuestro Señor

Lc 1,26-38 Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo

En la alegría de tu madre, Señor, se alegra la tierra toda, se regocijan los abismos, las fosas volcánicas se llenan de lava incandescente que proclama tu gloria, maravilla del fuego ardiente que entra en el seno de María, caudal de luz, fuente de paz, cueva de salvación, anunciación, encarnación, redención, resurrección, torbellino de presencia, pregunta, respuesta, hágase en mi según tu Palabra.

El mandamiento

24 de marzo
Viernes III

Mc 12, 28-34 ¿Qué mandamiento es el primero de todos?

Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el único señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alama, con toda tu mente, con todo tu ser. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Vivir esto es vivir en Ti, señor, entrar en tu morada de amor inmenso.