Debilidad

23 de octubre
Viernes XXIX

Rm 7, 18-25 El querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo no.

El bien que quiero hacer no lo hago. El mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal de que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mi. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo entre las manos. Lo escribe San Pablo, lo suscribo como experiencia vital y cotidiana. Solo saberme en tu misericordia me libra de la desesperación.

10.23