Abandonado

21 de marzo
Sábado IV de cuaresma

Jr 11,18-20 A ti he encomendado mi causa

Así es. Así , Señor, la realidad de mi vida. Entregado a ti. Ofrecido. Abandonado. En un no entenderme ni entender, en un no saber sabiendo, en una tiniebla que solo en lo más denso de la oscuridad se hace luz inaudita, en el lamento perpetuo, en la no aceptación, en la rebelión silenciosa, en el desconcierto, en la falta de perspectiva, en la fragilidad, en la debilidad, en todo momento, Señor, se que mi suerte está en tu manos, donde descansan mis azares. Hazme sencillo, humilde, perdido en ti, abandonado. Arráncame el interrogante y déjame sin respuesta. Sea lo que sea, te doy las gracias.
03.21

Alarido sin fin

20 de marzo
viernes IV de cuaresma

Sabiduría 2, 1.12-22 Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad

Hazme grito desgarrador en medio de la tiniebla, de la iniquidad del mundo. Hazme lamento audaz, alarido mudo, torrente de voz que descuaja el universo y su maldad. ¿Cómo vivir separado de tu voz, de tu palabra, de tu aliento vivo?

03.20

Despierto

19 de marzo
San José

Mt 1,16.18-21.24 Cuando José despertó

Despiértame del sueño donde te manifiestas, para hacerte presente en la realidad despierta, para hacer tu voluntad, para olvidarme de mi mismo, tarea tan tan tan difícil sin tu ayuda, sin tu hacerme tuyo, como hiciste a José tu siervo. Hazme entrar en ti, y déjame abandonado, en humildad, en silencio, en un no ser sin saber . Todo en ti. Contemplando como creces en mi hogar, que llenas de gracia y salvación.

03.19

Tu gracia

18 de marzo
Miércoles IV de cuaresma

Is 49, 8-15 En tiempo de gracia

En medio de la cuaresma, Señor, te haces adviento inesperado: tiempo de gracia, respuesta, auxilio, defensa, alianza, restauración, luz, tu luz que llama a la luz, invitación salir de mis heredades desoladas y acabar de una vez con lo que no tienen fin, solo en ti caminos de vergel, pastos verdes donde solazarme en tu paz, ni hambre, ni sed, ni bochorno en el desierto. Porque me conduces, Señor de la misericordia, guía de mi vida, tú, el dulce y el compasivo, hacia los manantiales de agua, para saciar mi sed de ti.

03.18

Vivo en en tu muerte

17 de marzo
Martes IV de cuaresma

Ez 47, 1-9.12 Todos los seres vivos

Estoy vivo en ti. Por eso soy de esos seres vivos que se hallan donde desemboca la corriente, tu fuente eterna, y que al bañarme en tu agua tendré, tengo, vida, y vida en abundancia. En medio de la sequía, tu agua. En el desierto, tu vergel. En el silencio, tu palabra que resuena como el trueno. En la noche, el estallido del volcán. En el vacío, tu plenitud, que todo lo riega y me hace renacer.

03.17

Aeropuerto

16 de marzo
Lunes IV de cuaresma

Is 65, 17-21 Un cielo nuevo y una tierra nueva

Ya. Ahora. En la música que me acaricia en medio del aeropuerto, mientras los viajeros yo mismo van, vienen, miran, hablan, compran y venden instantes fugaces, ahora mismo, canta la canción del cielo nuevo, las cuerdas de la guitarra rasgan el universo del sonido, del silencio, aquí, ahora, tu cielo nuevo, por el que volaré en un instante, tu tierra nueva, que sostiene mis pies, tu cielo que es mi tierra, mi tierra que es tu cielo, todo en sinfonía de luz. Tu luz, Señor, que lo ilumina todo. Gozo y alegría perpetua, porque me estás recreando.

03.16

Rico en misericordia

15 de marzo
IV domingo de cuaresma

Ef 2, 4-10 Dios, rico en misericordia

por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, por pura gracia estáis salvados.
Así, es, Señor, así es la realidad de mi vida, en tu gran amor, a pesar de mi vida de pecado. Bañado en tu misericordia, renacido en tu carne, por pura gracia salvado, inexplicablemente. En ti, Señor, vivo en medio de la muerte. Lo que está muerto no puede ya morir, solo abrirse a tu vida. Por el don de tu gracia.
03.15

Conocerte

14 de marzo
Sábado III de cuaresma

Os 6, 1-6 Esforcémonos por conocer al Señor

Determinada determinación por conocerte. Abrir los ojos para verte llegar, como lega la aurora, para comprender que tu luz vence la oscuridad y abre el día. Llegar a ti como el publicano, con sencillez, con naturalidad, con humildad, haciendo una oración confiada: «Oh Dios, ten compasión de este pecador» . Tú te muestras, ayúdame a acogerte, como la tierra acoge el agua de la lluvia y el páramo acoge al sol que lo abrasa. Tú eres dios.

03.14

Escucha

13 de marzo
Viernes III de cuaresma

Mr 12, 28-34 Escucha

De nuevo me lo pides, una vez más, sin fatigarte por mi respuesta tan débil e incierta, tan pecadora: «Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» Y a marás a tu prójimo como a ti mismo.
Ayer, hoy y siempre. es lo que me pides para tener vida, vida abundante en ti.

03.13

Tu voz

12 de marzo
Jueves III de cuaresma

Jr 7, 23-28 Escuchad mi voz

Dime tu Palabra, señor, dame tu Palabra, haz que te oiga cada día, ayúdame a escuchar tu voz que me llama y me enriquece cada día. Tu palabra que me mueve a amarte sobretodas las cosas, tu palabra que me pide amar al prójimo, al menos, como me amo a mí mismo. Tu palaba que llega cada día a mis oídos, ojalá escuche hoy tu voz y no endurezca mi corazón. Hazme obediente a tu Palabra, ayúdame a encarnarla, como hizo María.

03.12