Saciado

21 de febrero
Sábado después de ceniza

Is 58, 9-14 Cuando sacies el estómago del indigente

cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña.

Así tu Palabra me mueve hacia el pobre. Muéveme tú, Señor, para quererte en él y dar mi vida. Hazme luz olvidada en el desierto.

02.21