Nostalgia de la luz V

4 de diciembre
Jueves I de adviento

Is 26, 1-6 Abrid la puertas

Abrid las puertas, derribad vuestra murallas, vuestros muros de ignominia, derribad vuestro ser para vosotros, dejad que entre la legión de los empobrecidos del mundo y lleguen a vuestro corazón, a vuestras casas, a vuestros despachos, a vuestra opulencia de ricos, pobre gente que no sois capaces de comprender que vengo humilde y pobre, que naceré en el pesebre del deshecho, donde se saciará la humanidad cuyo clamor llega hasta al cielo. Desciendo y ya pisan la tierra mis pies, las pisadas de los pobres que se acercan para brindarte salvación.

12.04

Nostalgia de la luz IV

3 de diciembre
Miércoles I de adviento

Is 25, 6-10 Un festín de vinos de solera

Embriagado me tienes, borracho en el deseo fermentado, sosegado en la cava oscura y silenciosa que espera la danza de tu vino, el trigo molido de tu pan, la mesa de tu banquete, festín de manjares suculentos, enjundiosos, sabrosos. Así vas a entrar en mi cuerpo, madre y mostro de amor fecundo, padre del universo, Señor de mi vida y de mi amor. Celebremos y gocemos con tu salvación.

12.03

Nostalgia de la luz III

2 de diciembre
Martes I de adviento

Is 11, 1-10 Brotará un renuevo

Brotas y todo estalla en la novedad de tu hermosura. Desconozco mi vida transformada por la claridad de tu presencia. No doy crédito a lo que veo sin ver, a lo que oigo sin oír, a lo que paladeo sin saborear, a lo que huelo sin respirar, a la dulzura de tu tacto que llena de escalofríos mi ser cuando percibe tu caricia celeste al despuntar la aurora, sin que perciba sino nada y vacío. Brotas, Señor, cuando la tierra, en calma, duerme el sueño de la espera inesperada.

12.02

Nostalgia de la luz II

1 de diciembre
Lunes I de adviento

Is 2, 1-5 De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas

¿Qué forjas de mi corazón de piedra? Vientos y manantiales de gracia, molinillos que esparcen tu bondad, aromas de tu belleza que deslumbran el alba y el ocaso. Ante tanto prodigio callo, admirado, y voy hacia ti con el corazón henchido de tu huracán. Me dicen ven y voy, hacia donde confluye la eternidad con tu llamada.

12.01